¡Hola opofamilia!
Algunos/as de vosotros/as ya habéis leído el hilo que dejé en twitter contándoos lo que me había ocurrido. Como me habéis comentado que no todos/as tenéis una cuenta y que os gustaría leerlo, os dejo las aventuras en el opozulo a continuación. Espero que os entretenga un ratito.
Se acaba de producir mi segundo intento de asesinato.
En el tiempo que llevo como opositor he estado a punto de perder la vida en dos ocasiones (para que luego digan que opositar es fácil).
Primera convocatoria
Para mi primera convocatoria, mientras estudiaba, se me cayó en lo alto una estantería llena de libros. Para quien diga que el saber no ocupa lugar… es porque no vio mi estantería antes de caerse.
Por suerte, no me pasó nada y a mi ordenador tampoco. Menos mal porque tenía mi TFM listo para enviar. Me habría dado un infarto si después de tantos quebraderos de cabeza hubiese tenido que repetirlo. Lo de mi TFM sí que es una aventura digna de contar, algún día os la contaré. Hoy ya no puede ser porque ya llevo un rato escribiendo este hilo y tengo que estudiar… aunque, con este mal rato… ¡cualquiera se pone otra vez en el escritorio!
No sé cómo hice para retirarme a tiempo y salvar mi ordenador. Y, aunque no nos pasó nada, la mesa no tuvo tanta suerte y acabó con algún que otro picotazo y unos cuantos arañazos.
El suelo terminó lleno de libros y cositas chachis que tenía decorando la estantería (todas rotas, sí).
Poco tiempo después cambié la disposición, muebles y decoración del cuarto (salvo el escritorio, que aún no he ido a que me lo hagan a medida. Sí, lo sé, ya ha pasado medio año… pero, es que uno va dejando las cosas y…).
Segunda convocatoria
Tras mi segunda convocatoria, mi vida vuelve a correr peligro. Se me han caído 3 cuadros, no ni uno, ni dos, ¡TRES!
Justo unos minutos antes, había quitado mi IPad del escritorio y lo he lanzado a la cama (¿por qué? No lo sé). Continúo con mi estudio, aunque ni medio párrafo me ha dado tiempo a estudiar cuando oigo un ruido. En lugar de ignorarlo y seguir a lo mío, levanto la cabeza y me retiro un poco… De pronto, veo caer, a escasos milímetros de mí, el primer cuadro (justo donde estaba el IPad). Se ha quedado a dos dedos de mi ordenador😱😱 El pobre está deseando que lo jubile ya y ahorrarse tantos mal ratos; pero, hasta que no me saque la plaza… No tendré a mi querida manzanita en mi poder.
En fin, a lo que iba: me llega a romper el iPad y ¿qué hago yo sin poder hacer mis viñetas? (Porque sin plaza… ¡nada de IPad nuevo!).
Tras ver como pasaba delante de mi nariz el primer cuadro, me impulso para atrás con la silla y, en ese momento… ¡¡Poooom!! ¡¡Poooom!! Caen otros dos cuadros más justo donde estaba sentado (y éstos más grandes que el anterior). ¡No me han descalabrado de milagro!
Por suerte, solo se ha roto el cristal de uno (un collage que me hizo una de mis mejores amigas para un cumpleaños). La foto del collage se ha quedado un poco mal porque (no sé si será de tanta calor) el cristal se ha quedado pegado a ella y al retirarlo… ya podéis imaginarlo…
Al más grande de los tres no le ha pasado nada, es un cuadro de NY que me regaló una gran amiga de Nerja. Le tengo mucho cariño (al cuadro y a ella 💜).
Al más peque, el primero, (con una foto de mis amig@s de toda la vida) tampoco le ha pasado nada. Su cristal ya se rompió cuando lo de la estantería y no le compré otro… por si acaso…
¿Por qué me pasan estas cosas?
La madre del novio de mi amiga dice que me ha pasado esto porque alguien me envidia mucho. ¡Pues mucho me tiene que envidiar para tirarme tres cuadros! Lo que no sé es qué podrá envidiarme, si me tiro 24 horas encerrado en el opozulo hincando codos (con lo que me gustaría a mí estar en la playa con la calor que hace hoy).
Total, que la suegra de mi amiga dice que tire los cuadros ¿Pero cómo los voy a tirar con el cariño que les tengo? Y si los tiro… ¿qué pongo yo ahora en ese hueco tan grande? ¿Más libros? No, por favor.
Conclusiones
- Estudiar puede matar.
- Estudiar no es bueno y si es opositando, menos.
- Si no saco plaza en la tercera convocatoria, posiblemente acabe muerto.
- Necesito un casco, por si vuelve a ocurrir.
- Si va a pasar el punto tres, que alguien me avise que dejo las oposiciones y me voy a la playa.
- El saber no ocupará lugar… pero, pesa ¡Y mucho!
- Necesito un cuadro nuevo y volver a imprimir ese collage.
Imaginad cómo de divertidos iban a ser los titulares de los periódicos si llego a morir en alguna de esas dos circunstancias… Bueno, no hace falta que lo hagáis porque no iba a salir en los periódicos; pero, ¡serían geniales!
Espero que os haya gustado la historia (es una 100% real). También, os he dejado las viñetas que hice cuando ocurrió la primera parte de la historia. Espero que os haya entretenido un ratito. Y, si os ha pasado algo parecido o alguna historia así graciosa, podéis dejarla en los comentarios 🙈🙈
¡Nos leemos pronto!
Vuestro
Licenciado en Psicología por la Universidad de Málaga. Máster en Investigación e Intervención Social y Comunitaria. Posgrado de Sexualidad y Terapia de Pareja. Técnico en Formación y Orientación Laboral. Máster en Coaching Social para la Motivación y los Procesos de Cambio. Coautor del libro: «Opositar, relatos sobre supervivencia«