Día internacional del cáncer infantil

Hay palabras que nos asustan, otras que nos aterran y otras que jamás deberíamos escuchar. Entre éstas últimas se encuentra la palabra cáncer, que puede ser más terrorífica aún si, encima, va acompañada de la palabra infantil.

Epidemiología del cáncer infantil

   Por desgracia, podemos encontrar muchos más casos de cáncer infantil de los que podemos llegar a imaginar. Según la OMS, la incidencia mundial oscila entre 50 o 200 niños/as por cada millón. Lamentablemente, estas cifras podrían aumentar debido a que no existe un registro absoluto de la población infantil con este mal. También, podría incrementarse si todos los países llevaran un un registro y si todos tuvieran los mismos medios para poder detectarlo. Así mismo, encontraremos variaciones en función de los estudios que revisemos.

Tipos de cáncer infantil

   En cuanto a los diversos tipos, podemos encontrar diferencias entre los adultos y la población infantil:

• El cáncer de mama, de pulmón, de colon o el cáncer anorrectal, son propios de los adultos. Es muy raro encontrar alguno de estos en niños/as.
• Entre los más comunes en la infancia están: la leucemia que, según la OMS, abarca la tercera parte de los cánceres infantiles, el linfoma, los tumores que afectan al SNC y los sarcomas.

Factores de riesgo del cáncer infantil

   Hasta el momento, no son muchos los factores de riesgo que se han podido identificar como posibles causas del cáncer. Algunos de ellos están relacionados con las radiaciones ionizantes o el tratamiento con hormonas (dietilestilbestrol) durante el embarazo. Otros, están más relacionados con la genética y algunos con diferentes tipos de virus (EBV, hepatitis B, VIH…). Estos factores pueden variar su incidencia en función de la región en la que nos encontremos.

Detección precoz del cáncer infantil

   Detectar el cáncer en las fases iniciales no es una tarea fácil, pero sí de gran importancia. La inespecificidad de sus síntomas, unida a la carencia de medios para realizar el diagnóstico, hace que este proceso sea muy difícil (sobre todo en países poco desarrollados).

Consecuencias e impacto del cáncer infantil

  Los/as niños/as y adolescentes que se enfrentan a esta enfermedad deben afrontar numerosos cambios en su día a día. Estos suelen ser una gran fuente de estrés para ellos/as:

• Síntomas físicos: dolor o cambios en su cuerpo debido a la enfermedad o al tratamiento…
• Psicológicos: dudas, preocupación, incertidumbre, soledad y rechazo, tristeza e irritabilidad, dificultad para desarrollar una adecuada imagen y/o autoestima…

   Uno de los factores más importantes que pueden favorecer la evolución del/a niño/a ante tal impacto es la percepción del apoyo social. Éste puede favorecerles en la expresión de sus emociones, también, se relaciona con la adaptación a la enfermedad, con la selección de mejores estrategias de afrontamiento y, además, permite mantener la conexión con los/as otros/as y, poder así, recibir ayuda cuando se necesite.

¿Se puede curar el cáncer infantil?

  Según los datos extraídos de la OMS, en los países desarrollados el 80% de la población infantil con cáncer sobrevive a los cinco años siguientes del diagnóstico. Estos resultados han ido mejorando dando, a largo plazo, un mayor número de supervivientes. Sin embargo, estos datos no se corresponden con los países en vías de desarrollo, provocado por la dificultad de realizar un diagnóstico temprano y por la utilización de tratamientos poco eficaces.

Tratamiento

   Los diferentes tratamientos para el cáncer infantil son bastantes intrusivos, suelen generar efectos secundarios llegando, en ocasiones, a ser incluso más dolorosos que la propia enfermedad. Además, la situación de tratamiento, con la continua visita a los hospitales, la ruptura de sus rutinas, los instrumentos, batas y procedimientos utilizados hacen que el niño sienta una elevada ansiedad, que se suma a la inquietud y al malestar generado por la propia enfermedad.

   Un aspecto que no podemos olvidar es tratar de cubrir sus necesidades, aquellas que son comunes a todos/as los/as niños/as y aquellas que puedan derivarse de la enfermedad o del tratamiento:

• Necesidades emocionales.
• Necesidades ante la enfermedad, hospitalización y/o tratamiento. Éstas pueden variar en función de la fase en la que se encuentre.
• Necesidades con respecto a la concepción que tiene sobre la enfermedad y los aspectos relacionados.

   Esto es un simple acercamiento a una realidad que a veces nos toca de lejos y permanecemos ajenos. Por desgracia, cualquiera de nosotros podemos vernos en una situación similar. Por ello, deberíamos ser un poco más conscientes y tratar de ayudar en lo que podamos: visitando a los niños en los hospitales, colaborando con alguna asociación, donando juguetes… en definitiva, haciendo cualquier cosa que les ayude a sonreír y les haga más fácil este duro camino.

¿Qué crees que podríamos hacer entre todos para dibujarles una sonrisa?

Franchu Aires

Licenciado en Psicología por la Universidad de Málaga. Máster en Investigación e Intervención Social y Comunitaria. Posgrado de Sexualidad y Terapia de Pareja. Técnico en Formación y Orientación Laboral. Máster en Coaching Social para la Motivación y los Procesos de Cambio. Coautor del libro: «Opositar, relatos sobre supervivencia«