Experiencia pre-PIR
Cuando somos pequeños y nos hacen la típica pregunta: ¿Tú qué quieres ser de mayor? Respondemos con ilusión esa profesión que nos encantaría ejercer, sin reparar en todo el esfuerzo y el trabajo que conlleva el llegar a ser ese o esa profesional.
Expectativas
Cuando comencé a estudiar Psicología, si algo tenía claro es que nunca trabajaría en la Sanidad Pública, porque para ello previamente tendría que prepararme el PIR y ¿quién se iba a preparar el PIR pudiendo trabajar en lo privado? Yo ya lo tenía todo pensado: acabaría mi licenciatura en mis cinco años, montaría una consulta súper cuqui, empezaría a trabajar y me haría un máster en sexualidad (¡Imaginaros! Yo, sexólogo y en mi consulta cuqui, era el plan perfecto ¿Qué podía fallar?).
Realidad
¡JA! Pobre de mí. No sólo podía fallar algo… Podía fallar TODO, bueno, casi todo. Cuando acabé mi licenciatura (última promoción de Licenciatura, imaginaros la presión de tener que llevar todo por año, para no acabar en el Grado, aunque sabiendo lo que sé ahora… ya podría haber acabado en él) y me topé con la realidad descubrí que estaban cambiando la Ley, ahora para trabajar en la privada debías ser clínico (hacer el PIR) o sanitario (cursar un Máster en Psicología General Sanitaria, en el que para poder entrar hace falta un pelo de unicornio, un poco de polvo de hadas y ser graduado en psicología, porque ellos tienen preferencia).
En ese momento, no me estampé la cabeza contra la pared por no hacerle un desconchón a la casera (en verdad la pared me daba igual, pero no quería perder mi fianza).
Tenía dos opciones, cursar ese Máster sin sentido (donde me iban a repetir el temario de cinco años en uno y medio) o prepararme el PIR (¿Yo? ¿El PIR? ¡JA!). Por desgracia, al no ser de Grado y por no tener a mano un unicornio para cortarle un mechón de pelo, no entré al Máster. Pero tranquilxs, hice otro máster más truño todavía. Eso sí, si hay algo que no olvidaré será a mis compañeras de “El eje del mal”. Un día os haré algunas viñetas contándoos anécdotas.
Experiencias PIRes
Tras un año y medio haciendo el truño-máster, un Título propio en sexualidad, mil cursos más y dos intentos de entrar en el Máster, llegó el momento. TUVE QUE COMERME MIS PALABRAS.
Probablemente, uno de los años más duros de mi vida.
Cuando tomas la decisión de prepararte el PIR, no es la única decisión que debes tomar: debes elegir si hacerlo por libre o apuntarte a una academia. También, tienes que elegir entre tener una vida social o formar parte del mobiliario de tu opozulo o biblioteca. Esas son las decisiones más importantes en ese primer momento.
Opositar no está pagado ni con todo el oro del mundo. Es un trabajo más que te llevará más de las 48 horas que cualquier trabajo normal tiene y, para más inri, no está pagado.
Aprenderás a decir “NO”
Tendrás que renunciar a muchas cosas, pero aprenderás a decir “no”: No, no puedo ir a tomar café, tengo que estudiar; no, no puedo salir esta noche porque mañana tengo que madrugar y estudiar… Y es aquí donde empiezan los problemas, verás cómo la mitad de tus amigxs no entienden que estás opositando, algunos te tentarán mucho para que salgas y te darás cuenta de que otros no eran tan amigxs como creías.
Lxs oponovixs
Si tienes pareja, que Dios le regálale paciencia, porque como le de fuerza… Te quedas sin puerta del portazo que va a dar cuando salga por ella. Nos volvemos insoportables y es que estar encerrado (y, encima, estudiando) no es bueno. Tienen el cielo ganado por estar ahí aguantándonos en esos momentos de bajón (que los tienes y muchos), aguantar tus vaivenes y más cosas que irás descubriendo (¡no te lo voy a contar yo todo!). A veces, lxs pobres no saben qué hacer o decir, pero están ahí. ¡GRACIAS!
Espejito, espejito mágico…
¿Quién es el opocompi más guapo del opozulo? Tú con esas pintas, desde luego que no. Tu cara va a ser un cuadro. Tendrás que renunciar a esa piel con su perfecto dorado tostado que pillaste durante las vacaciones y adoptar otro tono de piel que está más de moda entre los opositores: el moreno flexo ¡es súper tendencia! Vas a acabar más blanco que Blancanieves, pero no te preocupes las ojeras moradas le combinan genial.
El cuerpo diez
¿Estás orgullosx de ese culito que has esculpido en el GYM? Pues dile adiós, sí, sí, adiós. Lo vas a perder, de redondito perfecto va a pasar a cuadrado y plano. Con la forma del asiento de tu silla de estudio. Y más te vale que la silla sea de las buenas, sino ya vendrás a contarme en un par de semanas cómo tienes la espalda y el cuello.
¡Ah! Te vayas a creer que te vas a librar de esos kilitos de más. Tantas horas sentado y esas idas y venidas al frigorífico, producto de tu aburrimiento porque no estás concentrado estudiando tal y como deberías, pasan factura.
No todo va a ser malo en el PIR
El pornochacho
El nivel de limpieza de tu opozulo y tu nivel de excitación, será directamente proporcional al coñazo de tema que te toque estudiar.
Tu opozulo no habrá estado más limpio y organizado en tu vida. Además, esos temas son los que más le gustan a lxs oponovixs. Sí, en esos temas, cuando os toque, los vais a tener contentos y más como lo tengas al lado. Eso sí, sin manchar nada que acabo de limpiar el opozulo, y la camiseta que te has quitado y has tirado a lo alto del cuadro en el momento de pasión, me la recoges, que acabo de ordenarlo to’.
Papelería bonita
Un requisito imprescindible para ser opositor es que te guste la papelería bonita. Si no te gusta, olvídate de sacar plaza porque, aunque la saques, no te la van a dar. Pasarán al siguiente de la lista. O al menos eso cuenta la leyenda. Pero como a la gran mayoría nos gusta, estás de suerte, porque vas a tener montañas de post-its, que irán bajando porque empapelarás tu casa con todo aquello que no se te puede olvidar. Pero, oye, ¿y ese toque tan colorido que le da? Cualquiera no tiene una casa con tanto color.
Luego están los subrayadores, serán tus aliados y tus mejores compañeros. Eso sí, ten cuidado porque justo en el momento que más los necesites… se acaban. Pero, son muy útiles para cuando se te va la luz, abres el libro y te deslumbras y to’ de tanto que subrayas en amarillo, porque TODO es importante ¡no lo olvides!
Creatividad
Si hay algo que caracteriza a todo/a opositor/a es el incremento de creatividad que se produce durante el estudio. De hecho, esta página web es producto de esa creatividad, igual que LocoPIRopo. Si es que, ¡cualquier cosa es buena para entretenerse y no estudiar!
Amistad
Conocerás a muchas personas que están en tu misma situación, con las que podrás charlar, compartir y recibir muchísimo apoyo. Prueba de ello es la comunidad tan grande de opositorxs que hay en Instagram. Si estás de bajón, no te preocupes, todos los instagramers opositores te darán ánimos. Creo que es la comunidad con más buen rollo que hay. Da igual que estén estudiando lo mismo que tú, porque plazas hay para todos, aunque unxs tarden más que otrxs para conseguirla.
Crecimiento personal
Otra de las mejores cosas que te puede dar una oposición, es que descubrirás muchas cosas sobre ti. Verás que puedes ser constante, aunque al principio te parezca una locura. Descubrirás que puedes hacer todo lo que te propongas, aunque a veces necesites más tiempo. Además, valorarás cosas que antes nunca valoraste y pasaban desapercibidas.
El PIR no es fácil
Sin duda opositar no es un camino fácil de tomar, todo lo contrario. Hay que renunciar a mucho para conseguir lo que quieres y, a pesar de ello, no se te garantiza alcanzar tu meta (o no al menos en el tiempo que tu querías). Pero, si es el camino que has de tomar para conseguir lo quieres, hazlo. Será difícil, pero antes o después llegarás a dónde quieres estar.
Yo esta vez no he conseguido plaza. Pero, estoy muy orgulloso de haber llegado hasta donde estoy. He conseguido demostrarme a mí mismo que soy capaz, que, si me lo propongo, puedo ser constante y no faltar ningún día a mi cita con el escritorio. He descubierto que soy valiente, que, aunque esté mal y ante toda dificultad, sigo para adelante. Y aunque no tenga mi plaza (por el momento, porque pienso conseguirla) el PIR me ha dado muchas cosas, me ha permitido conocer a gente estupenda, he logrado unir las dos cosas que me gustan (la psicología y el dibujo) y crear una web y una cuenta de Instagram que va creciendo día tras día y que ha permitido ser uno de los grandes pilares donde descansar y desahogarme cada vez que lo he necesitado.
Sin duda, el PIR me ha dado lo mejor y lo peor en este año.
Ésta es mi experiencia, la experiencia de LocoPIRopo. Pero, no es la única. En el siguiente post (donde continúa éste) encontrarás la experiencia de otros PIRes que han puesto gran esfuerzo en conseguir su sueño.
Licenciado en Psicología por la Universidad de Málaga. Máster en Investigación e Intervención Social y Comunitaria. Posgrado de Sexualidad y Terapia de Pareja. Técnico en Formación y Orientación Laboral. Máster en Coaching Social para la Motivación y los Procesos de Cambio. Coautor del libro: «Opositar, relatos sobre supervivencia«
B-r-a-v-o!!
P.D. Me muero de risa con el pornochacho y de curiosidad con «El Eje del Mal»
Hola!! ^^
Pues yo te cuento un poquito sobre «El Eje del Mal». Cuando hice el Máster hace unos años conocí a gente maravillosa. Pero como suele pasar, no todos en la clase éramos acordes unos con otros. Y esto era algo que se notaba prácticamente desde el día uno, incluso desde el principio estábamos distribuidos en la clase con las personas que mayor compatibilidad íbamos a tener (y eso que no nos conocíamos aún y cada uno se sentó donde quiso). A un lado del pasillo, que había entre las mesas estaban «los otros» y al otro lado estábamos «El Eje del Mal». Dos subgrupos que chocábamos mucho y se generaban bastantes trifulcas en la clase entre los dos bandos. En una de ellas, «los otros» consideraban que los de «El Eje del Mal» éramos muy malos y unos desconsiderados con el medio ambiente porque se nos ocurrió poner el aire acondicionado en pleno mes de junio, a las cuatro de la tarde, en una clase pequeña (con 35 personas dentro) a la que había estado dando el sol todo el día. Y no es que quisiéramos hacer el Polo Norte en la clase, sólo queríamos resfrescarla un poco porque de la calor que hacía, nos estábamos fundiendo con las sillas. Y bueno, puedes imaginarte lo que se liaba allí…
Esto es solo una pequeña parte… Pero, a pesar de todo, guardo muy buenos momentos y me encantaría volver a aquel tiempo, aunque en materia el Máster no fuera muy bueno, en gente era muy grande.
Otro día, si quieres cuento más batallitas ^^
¡Un saludo!